Muchos son los hábitos que la hostelería tradicional se ha visto a cambiar forzados por una pandemia mundial. Uno de los sectores más castigados sin duda alguna junto con el turismo.
La hostelería tradicional acostumbrada a rutinas diarias en cuanto a sus cartas, pedidos y gestiones, ha tenido que buscar rápidamente nuevos modelos de negocio y nuevas oportunidades. Y para ello ha tenido mucho que ver el conocimiento y el nivel de digitalización con el que contaban los negocios.
Así mismo la hostelería tradicional no ha tenido más remedio que implementar el delivery en sus negocios, acercarnos sus recetas más clásicas a nuestras casas. Hemos incrementado casi en un 50% nuestra comida a domicilio, gastando un 30% más que antes. Pero el delivery no es para todos, ya que los negocios tienen que contar con cierta infraestructura y digitalización que la hostelería más tradicional no cuenta. Muchos se han dado cuenta entonces de la importancia por ejemplo de sus redes sociales y los que tenían ya los deberes hechos y contaban con su comunidad han sabido potenciarlas y ganar clientes.
Otra de las nuevas salidas para la hostelería son las famosas dark kitchen o cocinas fantasmas. Esto es algo que grandes cadenas o modelos de franquicias han potenciado para crear diferentes marcas virtuales. Diversificar ofertas basadas en negocios puramente digitales y optimizarlos con una mano de obra y un stock ajustado para las diferentes marcas. La hostelería tradicional, podría aprovecharse de este nuevo modelo de «hostelería digital» y tenerlo como un modelo complementario para completar la oferta tradicional de la «cocina a domicilio». Un extra de ganancias a lo que es su negocio del día a día.
Y como no, un valor seguro para la hostelería tradicional que resiste a esta pandemia, es sin duda la fidelización digital de su clientela. Ofertas de calidad en sus tapas y platos que más que bares de toda la vida se han convertido en gastrobares donde se busca el efecto wow de los clientes, tocando la fibra de la sensibilidad gastronómica, a través de todas las plataformas digitales. Creando nuevas tapas basadas en las clásicas de toda la vida pero con una personalidad propia.
En fin, un mercado de nuevas oportunidades y un resurgimiento de una hostelería latente para la que deseamos unos meses venideros llenos de recuperación y optimismo. ¡Nos vemos en los bares !